"Historias Argentinas" es la propuesta que unirá este martes 16, al historiador Felipe Pigna y al guionista Pedro Saborido en el escenario del Teatro Auditorium. Por qué conocer la historia nos hace menos vanidosos.
Amigos desde hace tiempo, decidieron poner en un escenario todo aquello que los une, o al menos la parte pública que los vincula: los libros, las presentaciones, la historia, las preguntas, la mirada crítica sobre la realidad. Así nació “Historias Argentinas”, un espectáculo en el que participan el escritor y guionisra Pedro Saborido y el historiador Felipe Pigna. Llegará este martes 16 en la sala Piazzolla del Auditorium.
Pigna aporta la historia, Saborido el humor y viceversa, apuntó el guionista de Diego Capusotto en una entrevista con LA CAPITAL.
“Felipe tiene humor y yo tengo algunas partes más reflexivas, más serias, es un diálogo, nos vamos compaginando. Es un diálogo divertido, hay mucha risa, pero también reflexión sobre la historia. Van sobrevolando tres temas claves”, agregó. Esos temas a los que se refiere son civilización o barbarie, la identidad argentina y las revoluciones.
“Lo más interesante es cuando la gente se va, diría, con mejor ánimo del que vino y no porque mintamos o hagamos autoayuda de cuarta sino porque revisamos la historia para superarla”
Lo clave de este encuentro, que está apoyado por un soporte multimedia, es que no se intelectualiza la charla. “Trabajamos a partir de hechos y después elaboramos algunas teorías más humorísticas, graciosas, de una sociología de pizzería, como si fuera un desprendimiento de Peter Capusotto sobre la historia o las posibilidades. Lo más lindo es que siempre aparecen cosas nuevas, Felipe en su forma de comunicar la historia siempre hace lugar para una pregunta más y en esa pregunta otra vez aparece otra cosa”, reflexionó sobre la dinámica del show, que a pesar de la espontaneidad no está improvisado.
“Hay cosas que están pautadas, no es un show improvisado ni mucho menos, pero siempre hay un momento donde donde aparece algo nuevo todo el tiempo”.
Para Saborido, cuyo último libro es “Una historia del amor” (Planeta), trabajar con la historia tiene su costado “terapeútico”. “Cuando vos te metés en la historia te das cuenta de algo, salís de la vanidad de tu presente, tu presente no es lo único que existe, hubo muchos presentes y va a haber otros presentes y entonces tomás una distancia”, dijo.
Y explicó: “Te das cuenta de que las cosas que ocurrieron, las que van a ocurrir y las que están ocurriendo en un momento también van a ser historia. Lo que está pasando va a ser historia en algún momento y ahí te das cuenta de que podés afrontar la realidad de otra manera, no suponiendo que te va a aplastar sino suponiendo que la podés amortiguar. A las realidades dificiles siempre se le encontraron formas de amortiguar, de resistir”.
-En definitiva es una apuesta la creatividad también, ¿no?
-La historia avanza en función de la creatividad para superar cada presente y cada momento, a veces creatividades sutiles, a veces creativodades bestiales a veces creatividades no del todo lícitas, claro, la historia es una creación de los seres humanos que la van modelando, la van cambiando y la van la van ejerciendo, la van viviendo, pero también la van superando y la van modificando.
-Cuando nos pensamos desde la historia, los argentinos vemos siempre atravesados por las peleas, las facciones, las grietas. ¿Ves que emerge algún otro elemento de nuestra identidad?
-Me parece que esa es un poco la historia de la humanidad. A veces nosotros en nuestro narcisismo creemos que es esta nuestra historia. Pero grieta y guerra civil hubo en todos lados, revoluciones, matanzas, masacres mayores o menores y los que no las tuvieron en los últimos años las han tenido hace siglos. Hace 70 u 80 años hubo una guerra mundial en Europa… Lo más interesante es cuando la gente se va, diría, con mejor ánimo del que vino y no porque mintamos o hagamos autoayuda de cuarta sino porque revisamos la historia para superarla, no para sentirnos condenados. En todas las cosas que hace Felipe siempre está la posibilidad de algo que puede ser mejor.
-Este espectáculo se llama “Historias Argentinas”. De qué manera se relaciona con tus libros, que también se llaman “Una historia de…”. El último es “Una historia del amor”.
-Todos mis libros de alguna manera quieren reflejar una historia, todos mis libros se llaman una historia, del capitalismo, del conurbano, del fútbol, del amor. No pretendo ser enciclopédico ni contar la historia del amor en la humanidad, sino contar la historia de eso que es un motor, a veces es el motor porque amamos y nos movemos por amor y a veces para cuidar. El capitalismo, el sistema todo de alguna manera a veces toma de rehén eso que amás y tenés que trabajar por eso que amás. Tenés que trabajar para mantener una familia, tenés que mantenerte vos, el amor a la vida implica que tengas que trabajar para sobrevivir… y después un montón de amores, a la pareja, a la mascota, a la tecnología, al fútbol. Y como a la Argentina, amás a pesar de todo, a pesar de que te puede fallar, a veces te decepciona. Es decir el amor no es una certeza nunca, es una oportunidad. Y a veces no tiene garantía. Como dice la tapa del libro, si fuera un electrodoméstico lo devolverías porque a veces fallan. Es más, falla más el amor a veces que los electrodomésticos.
-Decís algo sobre la imperfección, que el amor es siempre algo imperfecto.
-El libro termina algo con algo así como “y fueron felices e infelices para siempre”, porque creo que el amor es eso, el amor puede dar felicidad pero también te puede dar infelicidad, es decir no es perfecto, pero dentro de todas las imperfecciones es la más conveniente.